El comportamiento del sentimiento de los mercados de valores se parece mucho al movimiento de un péndulo. Aunque el punto medio del arco del péndulo es el que mejor describe la localización de este en término medio, el problema es que casi nunca se encentra en ese punto. Lo que suele ocurrir es que casi siempre está yendo y viniendo desde los extremos. Pero cuando el péndulo está cerca de algún extremo, es inevitable que antes o después se mueva hacia su punto medio. De hecho es el propio movimiento hacia uno de los extremos lo que le proporciona la energía para moverse hacia el extremo opuesto.
Los mercados financieros siguen un patrón de movimientos pendulares:
- Entre la euforia y la depresión.
- Entre celebrar los eventos positivos u obsesionarse con los negativos.
- Y por tanto, entre sobrevalorar o infravalorar.
Esta oscilación es una de las características más incuestionables de los mercados financieros, y lo más llamativo es que la psicología del inversor le hace estar mucho más tiempo en los extremos que en un “feliz término medio”.
La aversión al riesgo es uno de los ingredientes esenciales de los mercados racionales, y la posición en la que se encuentre el péndulo respecto a este aspecto es particularmente importante. Una inadecuada aversión al riesgo es lo que contribuye principalmente a que se den excesos en el mercado formándose burbujas y su posterior estallido.
El ciclo codicia / pánico tiene sus causas en un cambio en las actitudes frente al riesgo. Cuando la codicia prevalece, hay muchos inversores que están muy cómodos con el riesgo y con la idea de asumirlo en aras de conseguir un mayor rendimiento. A la inversa, cuando el pánico se apodera de los inversores, hay una gran aversión al riesgo. Los académicos consideran las actitudes de los inversores una constante, pero de hecho, fluctúan de forma considerable.
La teoría financiera está basada, esencialmente, en la hipótesis de que los inversores tienen aversión al riesgo. Es decir, no quieren asumir riesgos y para que lo hagan hay que “sobornarles” mediante la promesa de unos rendimientos elevados.
Conseguir en inversiones de riesgo, de forma segura, un elevado rendimiento es un oxímoron. Pero hay veces en las que se ignora esta advertencia, cuando las personas están muy cómodas con el riesgo y por lo tanto los precios de los títulos incorporan una prima que no es la adecuada para compensar el riesgo que efectivamente se está asumiendo.
Cuando los inversores, en general, son demasiado tolerantes con el riesgo, los precios de los activos pueden ofrecer más riesgo que retorno. Cuando los inversores tienen una gran aversión al riesgo, los precios pueden reflejar más rendimiento que riesgo.
Podríamos resumir las fases de un mercado alcista en tres pasos:
- Cuando solo unos pocos son capaces de anticipar que las cosas van a ir a mejor.
- Cuando la mayoría de los inversores se dan cuenta de que efectivamente esa mejoría está teniendo lugar.
- Cuando todo el mundo concluye que las cosas siempre irán a mejor.
Y las tres etapas de un mercado bajista:
- Cuando solo unos pocos inversores atentos reconoces que a pesar de que tendencia alcista parece no tener fin, las cosas no siempre serán de color rosa
- Cuando la mayoría de los inversores reconocen que la situación se está deteriorando.
- Cuando todos están convencidos de que las cosas solo pueden ir a peor.
El movimiento pendular de los inversores y de los mercados es de una naturaleza muy similar a las fluctuaciones al alza o a la baja de los ciclos económicos. Este patrón de movimientos pendulares se suele dar con una gran fiabilidad en la mayoría de los mercados. Pero como sucede con el movimiento de oscilación de los ciclos, nunca se sabrá:
- Lo lejos que llegará el péndulo en su movimiento.
- La causa que origina que el péndulo se detenga e inicie el movimiento de vuelta.
- Cuando tendrá lugar ese movimiento.
- O lo lejos que llegará el péndulo en la dirección contraria.
Aquellos que piensan que el péndulo se va a mover siempre en una única dirección –o va a permanecer en un extremo para siempre- sufrirán grandes pérdidas antes o después. Aquellos capaces de entender la mecánica del movimiento pendular pueden obtener grandes beneficios. En el próximo curso de advisory GdC profundizaremos sobre todos estos aspectos y plantearemos algunas propuestas que nos ayuden a monitorizar los desplazamientos del péndulo.